

Por: Lautaro A. Hermosilla V.
En una reciente entrevista en el programa radial "Las Cosas por su Nombre" de FM Raíces 91.7, el rector de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), Anselmo Torres, expresó su preocupación por la situación financiera que atraviesa la institución y, por extensión, el sistema universitario argentino.
Según Torres, la UNRN enfrenta un panorama desalentador: "El presupuesto es idéntico al 2023, teniendo un retraso del 300%. El 90% de un presupuesto de una universidad se destina a sueldos y el 10% a funcionamiento. Eso corresponde a 45 millones de pesos para funcionamiento. Todos los servicios públicos una incremento impresionante" indicó el rector de la UNRN.
La eliminación de subsidios y el aumento del 500% en los servicios públicos han puesto a la universidad en una posición precaria, al borde de la posibilidad de cerrar antes de finalizar el primer cuatrimestre. En esa misma línea, Torres comentó: "La eliminación de esos subsidios y en los servicios tuvimos una suba del 500%. Antes del primer cuatrimestre nosotros podemos cerrar" en un tono negativo de cara a lo que viene.
En un esfuerzo por abordar esta crisis, representantes de las 57 universidades nacionales se reunirán el 8 de abril en Buenos Aires. Además, se ha anunciado una movilización liderada por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se está coordinando un plan de acción conjunto, en ese tono, Torres anunció qué "Nosotros como sistema nos juntamos el 8 de abril en Buenos Aires todas las universidades que somos 57 universidades nacionales donde nos reuniremos para tratar esta realidad. Va haber una movilización impulsada por la UBA" y destacó "Estamos coordinando un plan de acción" ante la eventual crisis en el sistema universitario.
A nivel local, la UNRN ha mantenido conversaciones con el gobernador de Río Negro, lo que ha permitido acceder a recursos adicionales para mitigar gastos en servicios básicos como el agua. Sin embargo, el rector advierte que si continúan los recortes presupuestarios, la universidad se verá obligada a considerar medidas drásticas, como la reducción de alquileres y la limitación de prácticas profesionales, buscando minimizar el impacto en la medida de lo posible.
La situación actual plantea un desafío significativo para la educación superior en Argentina, donde las universidades luchan por mantener su funcionamiento ante un escenario económico adverso.