sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

Internacional | 11 feb 2024

Encuentro entre Javier Milei y el Papa Francisco en el día de Mama Antula

Javier Milei le dedicó insultos y denostó con muchísimos dichos al pontífice. Sin embargo, este domingo se encontraron en una jornada histórica y el Presidente abrazó y se mantuvo cercano a el representante de la iglesia.


Si los gestos sirven para transmitir cercanía, los cálidos saludos que el Papa Francisco y el presidente argentino Javier Milei se cruzaron este 11 de febrero en la Basílica de San Pedro marcan un momento fundamental en la relación entre ambos. Quizás el arranque de una nueva etapa, impulsada por el diálogo y lejos de eventuales incomprensiones.

 

Eran las 9.45 hora italiana (cuatro horas más que en Buenos Aires) cuando la Argentina pasó a tener a su primera santa de la historia. La Basílica de San Pedro fue el escenario de una ceremonia eucarística encabezada por el Papa argentino y con la presencia clave de Milei: según la fórmula de rigor, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, fue inscripta en el “Catálogo de los Santos, estableciendo que en toda la Iglesia sea honrada devotamente”.

 

La solemnidad del momento y el respetuoso silencio que acompañó al proceso de canonización ante unos 5 mil presentes (entre los cuales fieles y peregrinos argentinos, además de uno que otro turista) caracterizaron al acto llevado a cabo en medio de la imponencia de la Basílica de San Pedro, que, sin embargo, dejó espacio a una sensación de intimidad y de un profundo fervor religioso.

 

Tras dedicarle insultos y luego escenificar una reconciliación, el presidente Javier Milei abrazó este domingo al papa Francisco al verlo por primera vez en el Vaticano este 11 de febrero.

 

La lectura de la “fórmula de canonización” fue uno de los momentos fundamentales de la ceremonia. Poco antes, el Papa y Milei se habían saludado brevemente en un espacio apartado. Luego, esta vez públicamente, intercambiaron un nuevo saludo: un fuerte y veloz abrazo acompañado por sonrisas ante la atenta mirada de los presentes.

 

Siguiendo el riguroso protocolo vaticano, Milei y la delegación argentina se sentaron en la primera fila a un lado del altar de la majestuosa basílica. A pocos metros de allí había sido instalada una silla blanca; poco antes del comienzo de la ceremonia, un funcionario de la Santa Sede acompañó hasta el lugar al Papa en una silla de ruedas.

 

El responsable del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal italiano Marcello Semeraro, tuvo a su cargo la lectura de la biografía de Mama Antula. El rito fue presidido por el Papa Francisco y se centró en el proceso canonización, que contó con varias y diferentes partes.

 

Durante la homilía el Papa recordó la vida de Mama Antula (“recorrió miles de caminos atravesando desiertos y caminos peligrosos para llevar a Dios”) y dio la sensación, al leer pausado y más lentamente, de querer subrayar algunos párrafos. Destacó por ejemplo que “miedo, perjuicio y falsa religiosidad” son las “tres causas de una gran injusticia”, son –precisó- “tres lepras del alma”.

 

Ante cientos de fieles, Milei se inclinó para saludar sonriente y abrazar a su compatriota y sumo pontífice en la Basílica de San Pedro, tras concluir la misa de canonización de la beata María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula (1730-1799) y primera santa argentina.

 

 

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