

Ante crisis de muerte de cientos de lobos marinos ocasionada por la influenza aviar, las autoridades descartaron una prueba piloto para incinerar a los 266 animales.
Las autoridades eligieron la opción de enterrar mamíferos en lugares factibles, siguiendo el protocolo establecido por la Red Federal de Varamientos. La decisión priorizó utilizar la incineración sólo en situaciones excepcionales.
En la maniobras trabajaron el Departamento de Bomberos de Viedma, en colaboración con Protección Civil, y como complemento se realizó una demarcación para identificar al total de los 266 lobos marinos.
Hasta el momento no se observó que la influenza del lobo muerto se transmita a las aves carroñeras, aunque los investigadores monitorean la situación en las costas rionegrinas. Además, se inició un proceso de capacitación en colaboración con la Universidad Nacional de Río Negro para brindar orientación y herramientas a quienes trabajan en el campo.