

Durante el cierre de la sesión especial, que duró tan solo 3 horas y que estuvo presidida por la presidenta provisional, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, se probó el Presupuesto 2023 en la Cámara de Senadores por unanimidad y sin la presencia de Juntos por el Cambio.
El macrismo que no bajó a dar quórum y tampoco presenció el debate en rechazo a la incorporación al temario de la designación de los representantes ante el Consejo de la Magistratura, el oficialismo logró aprobar los proyectos con la presencia de los senadores aliados Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Clara Vega (Hay Futuro Argentina) y la misionera Magdalena Solari Quintana.
Con una lista de oradores acortada, abrió el debate el titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el riojano Ricardo Guerra (FdT), que en primer lugar se refirió a la prórroga de impuestos y asignaciones específicas que viene con media sanción de Diputados y explicó que el artículo 2 de la Ley 27.432 “prorrogó por última vez hasta el 31 de diciembre del 2022 cinco impuestos que son motivo de una nueva prórroga”.
En sus proyecciones macroeconómicas, el primer Presupuesto diseñado por Sergio Massa prevé un crecimiento del PBI del 2%, con una inflación del 60% y un dólar a 269 pesos en diciembre del año próximo.
Además, el déficit primario proyectado es de 1,9% del PBI, contra el 2,5% previsto para el presente año, en línea con el compromiso tomado con el FMI.
Entre sus principales puntos, durante el debate en Diputados se incorporó una “cláusula gatillo” por inflación, solicitada por la oposición; se incrementó en 85 mil millones de pesos como “piso” la partida para los subsidios al transporte del interior; y se aumentaron en más de 300 mil millones de pesos distintas partidas para políticas sociales; entre otras modificaciones.