viernes 16 de mayo de 2025 - Edición Nº2354

Nacional | 24 abr 2025

Política

La Secretaría de Adorni crece un 25% y ya maneja más de $30 mil millones

Aunque el Gobierno sostiene que está achicando el Estado, la Secretaría de Comunicación y Medios no solo aumentó su presupuesto, sino también su plantilla de empleados. La motosierra, esta vez, no tocó a los propios.


Mientras el presidente Javier Milei insiste en que lleva adelante “el ajuste más grande de la historia argentina”, hay un área del Estado que, lejos de achicarse, se expande: la Secretaría de Comunicación y Medios, a cargo de Manuel Adorni, incrementó su planta de personal en un 25% y gestiona un presupuesto que supera los $30.000 millones.

 

Los datos provienen del informe de gestión que presentó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ante la Cámara de Diputados. Allí se consigna que el área que lidera Adorni cuenta hoy con 249 empleados, y que para 2025 se le asignó un presupuesto de $25.412.859.403 mediante la Decisión Administrativa 3/2025. A esto se suman los recursos de la extinta Secretaría de Prensa, cuyas funciones absorbió.

 

Sin motosierra en casa

La periodista Mariel Fitz Patrick abordó el tema en A24 bajo el título “Sin motosierra en Comunicación y Medios”, recordando que el propio Adorni usó ese símbolo al lanzar su precandidatura a jefe de Gobierno porteño con una foto suya frente a la sede del Ejecutivo de la Ciudad. La motosierra, sin embargo, parece no haber llegado a su propio despacho.

 

Entre noviembre de 2024 y marzo de 2025, el área sumó 40 nuevos empleados, lo que implica un crecimiento del 25% en plena prédica de recorte y “cierre del grifo”. El informe oficial también incluye un anexo con los nombres de empleados y contratados, entre los que figura Juan Doe, conocido en redes sociales por liderar cuentas anónimas de propaganda oficialista.

 

Doble discurso en tiempos de ajuste

El crecimiento de la Secretaría de Comunicación y Medios genera críticas dentro y fuera del oficialismo, justo cuando el Gobierno impulsa despidos masivos, suspensiones de programas, congelamiento de partidas sociales y un endurecimiento general de la política fiscal.

 

Con una motosierra convertida en ícono y una narrativa que exige sacrificios, el contraste con la expansión de la estructura mediática oficial abre preguntas incómodas sobre prioridades, coherencia y transparencia.

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