

Washington - En su primera presentación ante el Congreso desde que asumió su segundo mandato el pasado 20 de enero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que el país ha iniciado "la era más grande de su historia".
El discurso, de aproximadamente una hora y media, tuvo lugar en un contexto marcado por sus políticas arancelarias contra México, Canadá y China, así como el congelamiento de la ayuda militar a Ucrania. "Hace seis semanas proclamé el comienzo de la edad de oro de Estados Unidos. La era más grande en la historia de nuestro país", afirmó Trump ante los legisladores reunidos en el Capitolio.
El mandatario ratificó su intención de implementar "cambios profundos" tras la administración de su predecesor, Joe Biden, a quien calificó como "el peor presidente" en la historia del país. En un pasaje de su intervención, Trump se refirió al conflicto entre Ucrania y Rusia, afirmando que "es hora de parar esta locura". "Todos los días mueren jóvenes de uno y otro bando. Quiero detener esto. Ucrania y Rusia están listas para la paz", sostuvo, al tiempo que destacó que su gobierno ha concretado un acuerdo de minerales con Kiev.
A lo largo de su exposición, Trump hizo un repaso de sus logros en el inicio de su mandato. "Nuestra confianza y nuestro espíritu han regresado. El sueño americano está al borde de la recuperación como nunca antes", aseveró. Además, destacó que su primer mes en la Casa Blanca ha sido "el más exitoso de la historia del país". El presidente reafirmó su compromiso de reducir la inflación y defendió su política de aranceles, argumentando que países como México, Canadá y China "se aprovecharon de nosotros durante demasiado tiempo".
En materia migratoria, Trump recordó la declaración de emergencia para frenar lo que definió como "una invasión" en la frontera sur de Estados Unidos. "Muchos me escucharon y decidieron no venir. Otros fueron deportados", afirmó. También arremetió contra su predecesor, acusando a Biden de haber permitido la llegada masiva de inmigrantes con su "absurda política de fronteras abiertas".
Trump reiteró su postura contra políticas climáticas y organismos internacionales. "Nos retiramos de la estafa del cambio climático, en la cual gastamos millones de dólares. También salimos de la corrupta OMS y de la organización de Derechos Humanos de la ONU", declaró.
Asimismo, el mandatario enfatizó su rechazo a la agenda progresista. "Nuestro país ya no será woke. Los logros serán a partir del mérito y no del género de las personas. No permitiré que haya más hombres en competencias femeninas ni ideología de género en las escuelas", subrayó.
En una de las sorpresas de la noche, Trump extendió una invitación a los habitantes de Groenlandia para que se sumen a Estados Unidos, asegurando que la isla es clave para la seguridad nacional. "Apoyamos firmemente su derecho a determinar su futuro y, si así lo eligen, les damos la bienvenida a los Estados Unidos", declaró.
El mandatario subrayó la importancia geopolítica de Groenlandia y afirmó que su administración trabaja para que el territorio, bajo soberanía danesa, pase a formar parte de EE.UU. "Creo que lo vamos a conseguir de una forma u otra", agregó.
En otro tramo de su discurso, Trump aseguró que su gobierno ya ha comenzado a "recobrar el control" del Canal de Panamá, al considerar que es una infraestructura clave para los intereses estratégicos estadounidenses. Según el presidente, la firma estadounidense BlackRock habría adquirido los puertos de Balboa y Cristóbal, en los extremos del canal, que hasta ahora estaban en manos de un conglomerado de Hong Kong.
Las declaraciones de Trump sobre Groenlandia y Panamá han provocado reacciones inmediatas a nivel internacional, particularmente en Dinamarca y América Latina, donde analistas advierten sobre posibles tensiones diplomáticas.