

En el inicio del período de sesiones extraordinarias en la Cámara de Diputados, el oficialismo logró el dictamen necesario para avanzar con la reforma electoral que busca eliminar las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Tras intensas negociaciones y acusaciones de presiones políticas, el Gobierno consiguió el apoyo de sectores dialoguistas y de algunos legisladores peronistas para dar un paso clave en su estrategia electoral.
El plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto y Hacienda fue el escenario del debate sobre la denominada "Ley de Reforma para el Fortalecimiento Electoral". Además de la derogación de las PASO, el proyecto incluye modificaciones significativas como la limitación de la gratuidad de la propaganda electoral, un aumento drástico en el aporte privado permitido para las campañas (pasando del 2% al 35% del total de fondos electorales) y restricciones más estrictas para la conformación de partidos nacionales.
A pesar de que el oficialismo contó con respaldo para la eliminación de las PASO, otras disposiciones de la reforma enfrentaron mayor resistencia. Los principales aliados del Gobierno, como el PRO y el MID, acompañaron la suspensión de las primarias pero manifestaron reparos respecto de los cambios en el financiamiento electoral y la conformación de partidos. Por su parte, la oposición radical mostró posturas divididas: mientras que el sector de Democracia para Siempre optó por no presentar dictamen, la UCR no respaldó en su totalidad la iniciativa.
Un punto clave en la jornada legislativa fue el respaldo de la Gobernación de Córdoba, cuyos representantes en la bancada de Encuentro Federal apoyaron la propuesta del Gobierno. A este respaldo se sumaron cuatro legisladores peronistas de Santiago del Estero y Catamarca (Herreras, Daives, Ginocchio y Nóblega), quienes firmaron un dictamen de minoría que permitió el avance del proyecto.
El dictamen obtenido por el oficialismo le permite llevar la discusión al recinto, donde buscará los votos necesarios para aprobar la eliminación de las PASO y las demás modificaciones electorales impulsadas por la Casa Rosada. Mientras tanto, la oposición y diversos sectores políticos continúan denunciando presiones y cuestionando el impacto que estas reformas podrían tener en el sistema democrático y en la equidad del proceso electoral.
El oficialismo necesitaba 58 firmas en el debate para hacer caminar su propuesta: consiguió 53 a favor junto a 3 en disidencia (Nieri, Sánchez, Soledad Carrizo), mientras que hubo otro dictamen con 5 firmas (de los provincialistas peronistas) que garantizó el número mínimo que se precisa en una comisión para elevar un proyecto a la sesión. Esta ocurrirá el próximo jueves e incluirá reformas de seguridad y justicia: reiterancia y juicio en ausencia.