

La Selección argentina de básquet culminó su segunda presentación en la capital japonesa con una derrota ante el actual campeón mundial por 81 a 71. A diferencia del último enfrentamiento oficial entre ambos (en aquella recordada final del mundial 2019 en la capital china), el comienzo del partido fue favorable al combinado albiceleste, marcando el máximo parcial ventajoso de 11-2 a mediados del primer cuarto. La intensidad defensiva y los aportes ofensivos de Laprovittola y Campazzo (combinaron 18 puntos en los primeros 10 minutos) cimentaron ese gran pasaje.
Al final del primer cuarto, el juego ofensivo de Ricky Rubio se convertiría en el artífice de la mejoría española, que combinado con un gran trabajo en el tablero y una falta absoluta de eficacia en el tiro desde el perímetro de la selección argentina, devendrían en la ventaja de 5 puntos al descanso del segundo parcial.
España mantendría el liderazgo tanto en el marcador como en la dinámica del juego, ante el combinado nacional, durante la segunda mitad. El Alma no logró retornar a la intensidad de los primeros 10 minutos, lo que sumado a la molestias físicas de Garino y la salida de Campazzo por acumulación de faltas, terminó por consolidar la derrota.
Argentina, ahora, deberá luchar por convertirse en alguno de los dos mejores terceros para clasificar a la siguiente fase. Para esto, tendrá que vencer al conjunto local (el domingo 1:40hs., trasmiten tanto Tyc Sports, como TV Pública) y dirimir con los otros dos contendientes a las plazas -hasta ahora serian Alemania y Rep. Checa- a través de la diferencia de puntos conseguida a lo largo del certamen.