viernes 05 de julio de 2024 - Edición Nº2039

Opinión | 24 oct 2023

Análisis

Massa y Milei: el camino al balotaje donde todo puede pasar

Tanto Sergio Massa como Javier Milei se disputan cuales son las integraciones políticas que pueden hacer en su eventual Gobierno para poder ganar en noviembre.


Argentina es un país donde pueden pasar 15 años y todo sigue igual, pero puede cambiar absotulatemente todo en 7 días. En la elección del pasado domingo que dio como ganador a Sergio Massa de Unión por la Patria por una diferencia de más 1,7 millones de votos contra Javier Milei de la Libertad Avanza, causó una inesperada sorpresa para más de uno y fueron nuevamente las encuestas las que volvieron a fallar. Ahora en el camino hacia el 19 de noviembre todo está en juego, y en el balotaje distintas fuerzas politicas pretenden incorporar  a otras para robustecer su electorado y así conseguír ser el próximo Gobierno el 10 de diciembre. 

 

Por el lado de Javier Milei, un candidato que no hizo más que hacer campaña con insultos y agravios hacia distintas fuerzas y candidatos políticos, ahora pretende absorberlos y moderar su discurso incendiario con el fin de mostrarse como un "gatito mimoso" y no un león como decía ser. Tal es así, que un día después de la elección llamó a la izquierda a formar un eventual Gobierno ofreciéndole el Ministerio de Capital Humano cuando antes los trataba como "zurdos de mierda", entre otras barbaridades.  También, a Patricia Bullrich le ofreció la cartera de Seguridad siendo que días atrás la acusó de "tira bombas" y le tiró guiños al córdobes Juan Schiaretti como un presunto ministro del interior. 

 

La gente no come vidrio,  y no se olvida de todas las barbaridades que el libertario pregonó, diciendo barbaridades sobre el Papa Francisco, despotricando la identidad de género, a las mujeres, promoviendo la venta de órganos, el tráfico de bebes, entre otras barbaridades en el aspecto humano, porque para Milei todo significa un gasto, básicamente los derechos son un gasto. 

En el plano más económico pretende vender Vaca Muerta e YPF imitando aquella mítica frase "nada de lo deba ser estatal estará en manos del Estado", vaticinando ciertas políticas por distintos canales de televisión. Lo que paso este domingo es que todas sus propuestas incendiarias la gente no se la comió y decidió votar por un modelo que con todos sus errores aún sigue de pie, y ese el peronismo. 

 

Si vemos el panorama con el diario del lunes, Milei solo incrementó su electorado en 500 mil votos en las generales en comparación a las PASO, mientras que Sergio Massa lo hizo por 3,5 millones de votos más. Ahora bien, si medimos a los demás candidatos y con una participación de más de 27 millones de votos, entre Massa y Milei obtuvieron 17.5 millones de votos y ahora la pelea va ser la caza de esos 10 millones de electores restantes, a lo que promete ser una lucha histórica entre un liberal y un peronista. 

 

Patricia Bullrich hizo una pésima elección y no estaba en ninguno de los cálculos que iba a obtener solo a un 23% del electorado disminuyendo su caudal por unos 500 mil votos menos en las generales en comparación a las PASO,  obteniendo unos 6,2 millones de sufragios, 3,5 millones menos que el peronismo. El resto de los votos pertenecen a Juan Schiaretti que sacó 1,7 millones de sufragios y Myriam Bregman unos 700 mil aproximadamente. 

 

Entonces hablando de números, en este balotaje son dos los candidatos y se gana por un voto de diferencia, por lo que son esos 10 millones de votos lo que esta en juego y la posibilidad de que la participación electoral aumente. En este escenario se podría contabilizar que de los 6,2 millones de electores de Bullrich, unos 2,5 millones podrían ir a Sergio Massa, unos 350 mil de Bregman y 1,5 millones de Shiaretti. También se puede analizar por regiones geográficas, pero eso será para otro momento. 

 

Si tomamos en cuenta ese porcentaje estimativo de los candidatos que no entraron al balotaje hay unos 4.350.000 votantes que podrían votar a Massa el 19 de noviembre, obteniendo así unos 14 millones de votos superando más del 50% y colocarlo como el futuro Presidente de todos los argentinos. En este hipotético escenario, también se podría descontar que votos de Milei vayan al peronismo y eso incrementaría la posibilidad de una holgada victoria. A su vez, también hay que ver que ahora es Massa quien corre con cierta ventaja y la posibilidad de implementar medidas económicas para alentar aún más el poder de compra de millones de personas, daría más posibilidades.

 

Ahora bien, por otro lado hay que pensar que no todo es una cuestión de conseguir más votos, sino también de una estructura política y de poder necesario para gobernar y en esta Javier Milei tiene todas las de perder. Un Congreso Nacional minúsculo con solo 38 diputados nacionales y 8 senadores, no alcanza para poder implementar ninguna de sus propuestas, solo podría con Juntos por el Cambio en su conjunto que van a ser 93 legisladores en la Cámara Baja el 10 de diciembre, el poder obtener mayoría, pero existe la posibilidad de una fractura de la coalición donde los radicales se separen del PRO que va apoyar a Milei, dándole la mayoría necesaria a Unión Por la Patria que obtuvo 108 congresistas.

 

A su vez, hay que sumarle el poder que tienen los gremios que son el termómetro en la calle y la de cientos de organizaciones sociales que apoyan al peronismo en su conjunto. En ese contexto la convivencia en un eventual Gobierno de Milei, sería imposible de poder gobernar con medidas liberales y en desmedro de los trabajadores, en su interes de implementar las quita de indemnizaciones por despido y privatizar las jubilaciones. 

 

Entre muchas otras cuestiones, Milei al contemplar este escenario podría renunciar a su candidatura porque puede preveer que no solo le sería imposible gobernar, sino que para ganar las elecciones del 19 de noviembre tendría que cambiar radicalmente su discurso, invitar a los radicales, a los de Schiaretti, a los zurdos (como él los llama) y partes del peronismo para poder ganarle a Sergio Massa

 

En cuanto al justicialismo, en vistas de poder obtener unos 4,5 millones de votos más que en en las generales, Massa pretende armar un Gobierno de unidad nacional y llamar a distintos frentes para la conformación del mismo, donde el radicalismo en su conjunto podría llegar a formar una alianza con el justicialismo y así caminar un país con una mirada social y no con la quita de derechos como pretende la extrema derecha en el país. 

 

Serán semanas de mucho movimiento político y es la gente que medirá cada palabra, dicho y hecho de ambos candidatos presidenciables. Es tiempo de trabajar aún más la ingenieria electoral y será la mejor propuesta, el mejor programa de Gobierno para el bien de un país quien ganará.

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