jueves 17 de julio de 2025 - Edición Nº2416

Nacional | 14 feb 2022

Privatizaciones y extranjerización

Los extranjeros en la Argentina son dueños de casi 15 millones de hectáreas que equivalen a la provincia de Santa Cruz

Desde los apellidos más conocidos como Benetton y Lewis, hasta el millón de hectáreas en manos de sociedades Off Shore. Entre ellos se reparten grandes proporciones de tierras y ellas existen lagos, ríos, montañas, recursos naturales, entre otros.


Argentina tiene un sinfin de bondades naturales a lo largo y ancho del territorio, desde todos los biomas y biodiversidad, hasta los lugares más bellos del mundo se encuentran en el país. Es tal así, que muchos extranjeros siempre pusieron el ojo y accedieron a comprarlas. Muchos de esos negocios se dieron en la decada de la privatización con el Gobierno de Carlos Saul Menem y algunas "concesiones" por el Gobierno de Mauricio Macri

 

El 5,23% de las tierras del país está en manos de extranjeros, con más 14,7 millones de hectáreas y equivale en su tamaño a la provincia de Santa Cruz. Cientos de empresarios con el correr de los años y en ciertas oportunidades accedieron a comprar millones de hectareas para emprendimientos mineros, forestales, turísticos, ganaderos, entre otros.

 

Entre esas proporciones de tierra, se aseguran agua y tierras, materias primas para otros negocios, como también para pasar sus vacaciones en el sur. La extranjerización de las tierras lleva años en la historia de Argentina. Si la preocupación inicial por esta problemática se limitaba a una cuestión geopolítica, el impacto y la concientización del cambio climático agrava más la situación. La tierra y el agua son bienes escasos y la Argentina tienen en cantidades en comparación a otros países del mundo. 

 

La extranjerización de la tierra en Argentina tiene nombre y apellido, desde los Benetton, los Tompkins, los Lewis, los Angelini son los más conocidos, pero también hay miles de centenares de hectáreas propiedad de empresas offshore o con nombres fantasmas imposibles de rastrear, por lo que el Registro Nacional de Tierras Rurales, creado gracias a la Ley de Tierras sancionada a fines del 2011 por impulso del ejecutivo durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, fue el primer Gobierno que permitió dimensionar la problemática y también ponerle nombre y apellido de los dueños de una parte de nuestro país.

 

En parte del italiano Luciano Benetton, él es el dueño de la mayor cantidad de tierras del país y cuenta con 655.990 hectáreas para negocios agrícolas, ganaderos, forestales y mineros en las provincias de Buenos Aires, Chubut, Río Negro y Santa Cruz administradas por la empresa “Compañía de Tierras del Sud Argentino”. Fue entre esas miles de hectáreas donde en 2017 tras una violenta represión de la Gendarmería en respuesta al reclamo por la titularidad de las tierras desapareció Santiago Maldonado y su cuerpo apareció 78 días después en el río donde su familia denunció que "se había rastrillado tres veces".

 

Comparte podio la estadounidense Los Poquiteros S.A., dueña de 469.460 hectáreas en Catamarca. Peter Lee Mc Bride compró entre el  2001/2002 las primeras 160.000 hectáreas en las que vivían del pastoreo más de 150 familias, algunas centenarias, por las que estuvo en conflicto por más de 15 años y siguió adquiriendo tierras hasta llegar a ser dueño del 5 por ciento de las hectáreas rurales de la provincia.

 

A su vez, el Registro detectó más de un millón de hectáreas en manos de empresas radicadas en paraísos fiscales, que sirven como escudo de los verdaderos dueños ante posibles reclamos impositivos, ambientales o territoriales. El 45,4 por ciento de las offshore propietarias pertenece a firmas suizas, el 34,7 por ciento a uruguayas, el 8 por ciento a sociedades de Luxemburgo, el 3,9 por ciento a panameñas, el 3,6 por ciento a firmas de Liechtenstein y el 3,4 por ciento a firmas de Andorra.

 

Otro magnate es dueño de las tierras que contiene uno de los mayores humedales de la Argentina y a través The Conservation Land Trust S.A., la fundación ecologista, el filántropo estadounidense Douglas Tompkins, también se encuentra en el podio de propietarios extranjeros de tierras. "El señor del agua", como lo llaman por la adquisición de cientos de miles de hectáreas en los Esteros del Iberá, poseía hasta 2015 183.500 hectáreas en la Argentina y luego pero sin los registros oficiales, durante el Gobierno de Macri, extendió aún más su proporción de tierras, en su mayoría en las zonas de Ituzaingó, de Mercedes y de San Miguel, en Corrientes, siendo la cuarta provincia más extranjerizada del país. Si bien su caso es diferente a los demás, se considerá excepcional, ya que su fundación restauró esas tierras para la creación de parques nacionales como el de Iberá, en los esteros de la provincia de Corrientes, y lo mismo hizo en Chile. 

 

Por último, otro nombre famoso de la lista es el polemico y odiado Joe Lewis, donde el magnate no posee la dimensión de tierras de los anteriores --su patrimonio es de menos de 11.200 hectáreas en el Lago Escondido de Río Negro--, pero sobresale por haberse apropiado desde hace 25 años de un reservorio de agua glaciar. Recientemente fue noticia recientemente cuando una patota que, según se denunció, respondía al billonario inglés, amenazó y agredió a un grupo de manifestantes que marchaban en reclamo de la soberanía del Lago Escondido.

 

Lewis es una de las 500 personas más ricas del mundo de acuerdo al ranking de la revista Forbes y construyó allí una mansión de diez mil metros con catarata artificial, obras de arte valuadas en millones de dólares, pista de karting profesional, cancha de golf y hasta un zoológico, entre otras excentricidades.

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