Milei recibirá en la Casa Rosada al presidente electo de Chile, José Antonio Kast

La reunión es leída en el Gobierno argentino como un gesto político de alto contenido simbólico, en un contexto regional marcado por un reordenamiento de fuerzas. No se esperan anuncios concretos ni la firma de acuerdos, aunque desde el entorno presidencial destacan la importancia de la foto y del mensaje de sintonía entre ambos liderazgos.

La visita se produce pocos días después de la victoria electoral de Kast, que en la Casa Rosada interpretan como un cambio de ciclo en Chile y una señal favorable para fortalecer vínculos con administraciones que comparten una agenda liberal en lo económico y conservadora en lo político. Milei celebró públicamente el resultado desde el primer momento y lo presentó como un avance de “las ideas de la libertad” frente al progresismo en la región.

En ese marco, el encuentro busca inaugurar una nueva etapa en la relación bilateral, luego de años atravesados por diferencias ideológicas entre los gobiernos de ambos países. La eventual llegada de Kast al poder abre expectativas de mayor coordinación en temas como comercio, inversiones, seguridad y posicionamientos comunes en foros internacionales, aunque por ahora todo permanece en el plano de las señales políticas.

La agenda presidencial se completa este lunes con una nueva actividad de Milei en la Fundación Faro, el think tank libertario que conduce Agustín Laje y que se consolidó como un espacio central de elaboración ideológica del oficialismo. Tras la elección en Chile, el Presidente reforzó allí su lectura del resultado como parte de una tendencia regional hacia gobiernos con menos Estado y mayor protagonismo del mercado.

Del lado chileno, Kast llega a Buenos Aires mientras se prepara para asumir en un escenario interno complejo, con un mapa político fragmentado y una oposición activa. Su desafío será equilibrar los gestos hacia su electorado más duro con señales de gobernabilidad y apertura internacional.

Para Milei, la reunión también tiene una lectura doméstica. En medio de tensiones económicas y reformas en discusión, el Gobierno busca exhibir respaldo externo y construir un relato de alineamientos estratégicos que refuercen su proyecto político.

El encuentro de este martes marcará, al menos en lo simbólico, el inicio de una etapa de afinidad explícita entre Buenos Aires y Santiago, cuyo impacto concreto en la agenda bilateral todavía está por medirse.