La euforia por el crecimiento electoral de La Libertad Avanza (LLA) en Río Negro duró poco. A tres días de las legislativas, se hizo pública la primera disputa interna entre el diputado nacional reelecto Aníbal Tortoriello y la senadora electa Lorena Villaverde, una pulseada que revela tensiones de fondo en la alianza que llevó al oficialismo nacional a imponerse en la provincia.
Tortoriello —que obtuvo más de 130 mil votos y anunció su decisión de competir por la gobernación en 2027— sostuvo que la diferencia de casi 10 mil votos a su favor respecto a la lista del Senado se debe a su “mayor trayectoria y conocimiento provincial”.
Pero en una entrevista con Punto de Quiebre, el programa conducido por Luciano Barroso, admitió también que no habló con Villaverde desde la noche de la elección.
“No hemos tenido tiempo de juntarnos y charlar”, afirmó el exintendente cipoleño.
Del otro lado, Villaverde respondió sin rodeos y marcó distancia política:
“Fuimos en una alianza. Lo que haga Tortoriello es una decisión del partido CREO, él no es de La Libertad Avanza”, sostuvo. Y fue más lejos:
“Nosotros le dimos la oportunidad de que acompañe al Presidente. Esto no fue el puntapié inicial para una candidatura provincial.”
La senadora electa, quien enfrentó cuestionamientos por una condena en Estados Unidos por una causa de narcotráfico, advirtió que “sería una irresponsabilidad usar la imagen y los votos del Presidente para posicionarse en la política provincial”.
La tensión no es solo discursiva. Tortoriello pertenece al partido CREO, con raíces en el PRO, mientras que Villaverde responde de manera directa al esquema nacional de Javier Milei. Es una alianza electoral sin conducción unificada, sin mesa de coordinación y sin reglas internas claras.
El propio Tortoriello lamentó la ausencia del PRO en el acuerdo provincial y sostuvo que, de haberse sumado, “hubiéramos ganado también las dos bancas del Senado”.
Tortoriello busca capitalizar su caudal electoral para instalarse como candidato a gobernador en 2027.
Villaverde, en cambio, apuesta a preservar el control político del mileísmo puro y cuidar su relación directa con la conducción nacional.