Por: Luciano Barroso
El recambio legislativo del 10 de diciembre expone con crudeza la desnudez política de ciertos gobernadores patagónicos que, tras llegar al poder con estructuras provinciales débiles, no lograron consolidar influencia en el Congreso. El caso más extremo es el de Alberto Weretilneck, que será el único gobernador del país sin representación partidaria propia ni en la Cámara de Diputados ni en el Senado.
La derrota de Juntos Somos Río Negro (JSRN) en las legislativas del 26 de octubre no solo significó la pérdida de bancas: marcó el fin del andamiaje político que sostenía el poder provincial en la arena federal.
Con la nueva composición, ningún senador ni diputado nacional representará al gobernador, lo que deja a Río Negro sin capacidad directa de presión, negociación o defensa de intereses en los debates sobre presupuesto, obras públicas, transporte, tarifas energéticas e incluso la política hidrocarburífera.
Weretilneck, históricamente hábil para negociar con gobiernos de distintos signos, queda aislado. Su peso político pasa a depender exclusivamente de acuerdos informales, promesas federales y vínculos personales. En un Congreso fragmentado y competitivo, eso equivale a perder la voz.
La situación en Chubut también exhibe debilidad.Si bien la provincia mantendrá representación nacional, el gobernador Ignacio “Nacho” Torres solo contará con la senadora Edith Elizabeth Terenzi (Juntos por el Cambio) como figura alineada a su conducción provincial.
El resto de la representación chubutense no responde directamente a Torres, lo que implica que su capacidad de incidencia real queda reducida a un núcleo mínimo. Pasó de proyectarse como articulador patagónico con ambición federal, a depender de acuerdos circunstanciales para influir siquiera en temas propios, como regalías, energía o financiamiento para obras estratégicas.
En términos de poder legislativo efectivo, Chubut no queda sin representantes: queda sin bloque de poder.
En Santa Cruz, el gobernador Claudio Vidal también sale debilitado: la elección legislativa no le permitió sumar representantes propios y solo conserva como aliado directo en el Congreso al diputado José Luis Garrido, electo en 2023.
Un solo legislador no es representación institucional: es testimonio político.La provincia queda en una posición frágil para disputar recursos clave frente a Nación.
La fotografía final expone un patrón:
| Gobernador | Provincia | Representación propia después del 10D | Situación |
|---|---|---|---|
| Alberto Weretilneck | Río Negro | 0 diputados / 0 senadores | Aislamiento total |
| Ignacio Torres | Chubut | Solo Edith Elizabeth Terenzi | Debilidad estructural |
| Claudio Vidal | Santa Cruz | 1 diputado (Garrido) | Fuerza mínima |
La Patagonia —región estratégica en energía, minería, pesca y transporte— queda sin voz fuerte ni bloque común en el Congreso. La consecuencia es concreta: menos capacidad para negociar fondos, obras y políticas federales, más dependencia del Ejecutivo Nacional y mayor vulnerabilidad fiscal.