Lorena Villaverde votó en Cipolletti, desafiante ante las críticas y en busca de continuidad libertaria

Cipolletti fue testigo de una mañana cargada de expectativas y tensión política. La candidata a senadora nacional por La Libertad Avanza, Lorena Villaverde, llegó al establecimiento de votación acompañada por un grupo reducido de colaboradores y simpatizantes. Con paso firme y mirada directa, la diputada libertaria enfrentó las cámaras y, una vez más, eligió no esquivar la polémica.

“Esto fue una campaña de desprestigio total, un ataque a las mujeres”, disparó Villaverde, en alusión a las denuncias mediáticas y políticas que rodearon su figura en las últimas semanas. Con tono enérgico, dijo que “la verdadera campaña era hablar de los rionegrinos, de lo que hay que cambiar, y no de lo que inventan algunos para ensuciar”.

Villaverde se mostró convencida de que los resultados de esta elección serán un respaldo al proyecto que lidera Javier Milei. “El modelo que representa Milei es la libertad de todos los argentinos, y eso debe continuar”, enfatizó, en un mensaje dirigido tanto a su electorado como a quienes dudan de la cohesión interna del espacio libertario.

La candidata también aprovechó para remarcar lo que considera una oportunidad histórica para Río Negro: “Estamos ante un horizonte de desarrollo que va a generar 50.000 puestos de empleo para 2031. Río Negro va a ser el hub energético de exportación al mundo. Este es el camino de la prosperidad, no el del acomodo político ni el del gasto improductivo”.

Con su habitual estilo frontal, Villaverde volvió a posicionarse como una figura polémica dentro del movimiento libertario, amada y cuestionada a partes iguales. Mientras sus detractores la acusan de protagonizar internas y disputas de poder, sus seguidores la ven como una mujer decidida que enfrenta a la política tradicional sin miedo.

Durante su paso por el centro cipoleño, la candidata saludó a vecinos, se sacó fotos y dialogó brevemente con los medios locales. No esquivó ninguna pregunta, aunque evitó confrontar directamente con los dirigentes provinciales del oficialismo. “Yo no vine a hablar de otros, vine a trabajar. Me interesa que la gente sepa quién tiene el coraje de transformar la realidad”, respondió ante un periodista que le consultó por sus diferencias con sectores internos de LLA.

El cierre de su jornada electoral tuvo un aire simbólico. “Hicimos una campaña limpia, con corazón y con convicción. Lo que viene es la consolidación de un modelo de país distinto, que empezó hace poco más de un año pero ya cambió la forma de pensar de millones de argentinos”, sentenció Villaverde, antes de retirarse del establecimiento.

Con un tono desafiante y fiel a su estilo, la candidata libertaria dejó en claro que, gane o pierda, no piensa correrse del centro del escenario político. En una jornada marcada por denuncias cruzadas y miradas atentas desde Buenos Aires, Villaverde se plantó como símbolo de una nueva generación de dirigentes que buscan imponer otro tipo de discurso: directo, crudo y sin filtros.

En las próximas horas, los resultados dirán si esa narrativa encontró eco en las urnas o si las controversias que la rodearon lograron debilitar su avance. Por ahora, Lorena Villaverde sonríe. Y, en su lenguaje corporal, deja entrever que su historia política recién empieza.