

En la licitación de deuda de este miércoles, el Ministerio de Economía consiguió renovar apenas el 45,68% de los vencimientos en pesos, en un resultado que encendió luces de alerta en el mercado financiero y dentro del propio oficialismo, en plena previa electoral. La baja adhesión dejó una inyección neta de liquidez superior a los $2 billones, lo que podría tener impacto inmediato sobre el dólar financiero y la inflación.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, informó en la red social X que “en la licitación del día de hoy se adjudicaron $1,755 billones habiendo recibido ofertas por un total de $2,602 billones”. Esto representa un rollover del 45,68%, con bonos LECAP y BONCAP desiertos y solo colocaciones en títulos dólar linked, una clara señal de que los inversores buscan cobertura frente a una posible devaluación.
Según datos oficiales, los bonos atados al dólar se colocaron con tasas de entre 3% y 10%, mientras que las letras a tasa fija no tuvieron demanda. “Los instrumentos a tasa fija ofertados hoy reflejan un nivel de tasas que consideramos elevado y circunstancial”, explicaron desde el Palacio de Hacienda, admitiendo implícitamente que el mercado exigió rendimientos mucho mayores a los que el Gobierno está dispuesto a convalidar.
Desde la sociedad de bolsa Puente, señalaron que “el Tesoro declaró desiertas las dos LECAPs que ofrecía, dejando $2,1 billones de pesos sin renovar”. La entidad agregó que “esto ya se venía anticipando con las tasas de interés en niveles muy altos, reflejando baja liquidez en el sistema tras las subas de encajes y la venta de bonos en el secundario”.
Para el analista Dante Ruggieri, de AT Inversiones, el resultado “puede interpretarse como una maniobra deliberada”: “El Tesoro busca generar oferta de pesos para aliviar la tensión del mercado monetario, en momentos en que las cauciones llegaron a rendir más del 100% anual”.
Sin embargo, la contracara es riesgosa. La liberación de más de $2 billones podría presionar sobre los dólares paralelos y sobre la inflación, justo en el tramo final de la campaña electoral.
El Fondo Monetario Internacional, que en su última revisión elevó las proyecciones de déficit fiscal y deuda argentina, sigue de cerca estos movimientos. Con este bajo nivel de renovación y en un contexto de tasas en alza, el Tesoro afronta un desafío inmediato: volver a captar confianza sin disparar la inestabilidad cambiaria.