

El presidente Javier Milei vetó en su totalidad la Ley de Emergencia Pediátrica en el Hospital Garrahan, medida publicada en el Boletín Oficial con la firma de todo el gabinete. La decisión se enmarca en la política de ajuste fiscal que el oficialismo defiende como “innegociable” y llega pocos días después del veto a la Ley de Financiamiento Universitario.
Según el decreto, la norma representaba un “impacto fiscal directo” de más de 115 mil millones de pesos, que el Gobierno advirtió no podrían financiarse sin desfinanciar otros programas sanitarios. “Nuevamente, el Congreso pretende impulsar una medida que, bajo la apariencia de defender una causa noble, genera un aumento desmedido e irresponsable del gasto público, poniendo en riesgo el equilibrio fiscal”, señala el texto.
Entre los argumentos, el Ejecutivo comparó el costo de la ley con un tercio del calendario total de vacunas, tres veces el presupuesto para VIH, tuberculosis y hepatitis, o un año y medio del financiamiento de la Dirección Nacional de Asistencia Directa y Compensatoria (DINADIC).
Los vetos se producen en un momento delicado para el oficialismo, luego del revés electoral en la provincia de Buenos Aires, donde Fuerza Patria sacó más de 13 puntos de diferencia. Consciente del golpe, la Casa Rosada busca recomponer puentes con los gobernadores sin resignar su programa económico.
En ese marco, el jefe de Gabinete Guillermo Francos encabezará una nueva mesa de diálogo con los mandatarios provinciales, mientras que la designación de Lisandro Catalán como ministro del Interior es vista como un gesto hacia las provincias. Sin embargo, la posibilidad de que Milei también vete la Ley de Redistribución Automática de ATN mantiene en alerta a los gobernadores, que se encolumnaron en la alianza de Provincias Unidas y reclaman señales “en serio” de negociación.
Mientras tanto, el Presidente ratificó en sus redes que no habrá cambios en el rumbo económico: “Equilibrio fiscal, mercado monetario ajustado, bandas cambiarias pactadas con el FMI y desregulación. No nos moveremos ni un milímetro”.