

La celebración de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, tendrá este jueves una dimensión extraordinaria: no será solo una jornada de fe sino una expresión multitudinaria del rechazo a las políticas del gobierno de Javier Milei. Por primera vez desde su asunción, confluyen en un mismo acto la Confederación General del Trabajo (CGT), movimientos sociales como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), y sectores sindicales que ven en esta fecha una oportunidad para visibilizar el empobrecimiento creciente, la caída del empleo y el vaciamiento del Estado.
La convocatoria central tiene como lema “Pan, paz, tierra, techo y trabajo”, y refleja con crudeza los reclamos sociales acumulados en estos ocho meses de gobierno libertario. Desde las 8 de la mañana, columnas del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y el Salario Justo partirán desde la parroquia de San Cayetano, en Liniers, rumbo a Plaza de Mayo. El acto central será a las 14, a metros de la Casa Rosada, en un escenario donde también resonarán las denuncias de "catástrofe social planificada".
Este nuevo 7 de agosto encuentra al país con un nivel de tensión social que crece semana tras semana. El día anterior, una movilización multisectorial al Congreso terminó con represión policial y al menos 25 heridos, mientras en el interior continúa el paro de 48 horas en el CONICET, con científicos y científicas alertando sobre un “cientificidio” por el ajuste.
En este contexto, la CGT —cuestionada hasta ahora por su bajo perfil— decidió sumar su peso simbólico y organizativo. Tendrá su columna principal en Diagonal Sur y Perú y se plegarán sindicatos como la Uatre, que también denuncian atropellos a su obra social y pérdida del poder adquisitivo. La participación de la Iglesia, de manera indirecta pero firme, también se hace notar: los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina advirtieron esta semana que "en todo plan económico, cuidar el empleo debe ser una prioridad indeclinable".
La UTEP, por su parte, denunció que el Gobierno interrumpió la asistencia alimentaria y congeló el salario social complementario en $78.000, afectando directamente a las trabajadoras sociocomunitarias que sostienen los comedores populares. "Sin alimentos ni reconocimiento, ellas siguen en la primera línea contra el hambre", alertaron.
Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE Nacional, sintetizó el malestar en redes sociales: “Este gobierno solo junta dólares para el FMI. Los trabajadores somos más pobres, más endeudados, con la salud deteriorada. Esta marcha debe ser la antesala de un nuevo paro general”.
La figura de San Cayetano y la marcha de este jueves condensan una de las postales más potentes del presente: una sociedad movilizada, en lucha por lo básico, frente a un Estado que, según denuncian, ha elegido el camino de la crueldad económica. En las calles, fe y protesta se funden en un solo reclamo.