

Franco Colapinto debutó en la Fórmula 1 en uno de los contextos más desafiantes posibles: sin pretemporada, subido a un auto que no evolucionó desde Barcelona, sin conocer los circuitos en competencia real, enfrentando a pilotos con más de medio año de ritmo acumulado. Aun así, el bonaerense de 22 años no desentonó.
Lejos de victimizarse, Colapinto se adaptó a un Alpine en crisis. Mientras el equipo francés atraviesa una interna agitada —con cambios de directivos, salida de su jefe de equipo y pérdida de piezas clave como ingenieros y mecánicos— el argentino mantuvo el profesionalismo. En Hungría, la última carrera antes del receso, terminó 18º luego de dos detenciones en boxes que rozaron lo insólito: más de 18 segundos en total por errores de coordinación.
Las comparaciones con su compañero, Pierre Gasly, favorecen a Franco en varios tramos del año. En Hungría, lo superó en clasificación, y en Canadá pasó a la Q2 por primera vez, algo que el francés no logró. Incluso en circuitos nuevos para él, Colapinto logró registros cercanos a los de su experimentado coequipier, con diferencias que rara vez superaron los tres décimas.
El contexto de Alpine no colabora. El equipo no invierte en mejoras, el auto es el mismo desde hace cinco fechas y su flamante asesor ejecutivo, Flavio Briatore, ya declaró que están pensando en 2026. La estructura de Enstone parece más ocupada en su futuro que en el presente, mientras Colapinto cumple con cada exigencia: cuida el auto, compite de igual a igual y mantiene una conducta intachable con sus compañeros y mecánicos.
Lejos de exhibir frustración en redes sociales, Franco acompaña con una actitud profesional. Evita polémicas, respalda a su equipo con declaraciones medidas y sigue trabajando en el simulador incluso durante el receso. Esa madurez también se refleja en su entorno: desde su relación con sponsors como Marcos Galperín hasta su preparación física junto al histórico Fernando Belasteguín.
La pregunta que queda flotando no es qué más puede hacer Colapinto, sino si Alpine estará a la altura de su evolución. Lo que resta del campeonato será clave para seguir acumulando experiencia y llegar al 2026 con el rodaje necesario. Si el equipo logra despegar, Franco estará listo. Porque lo demostró: él ya juega en primera.