viernes 01 de agosto de 2025 - Edición Nº2431

Nacional | 1 ago 2025

Política

El dólar se desmadra y Milei arma un show de unidad: “No hay pelea, hay hermandad”

Mientras tanto, el dólar sube, el mercado se cubre, la confianza se erosiona y el Gobierno ensaya su propia ficción para disimular la tensión. La política monetaria está bajo presión, el modelo cruje y las explicaciones oficiales ya no alcanzan.


Mientras el dólar oficial mayorista se disparaba a $1.380 en una sola jornada, marcando su mayor salto diario en tres meses, el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, se mostraban sonrientes y distendidos en una entrevista transmitida en streaming. La imagen del trío gobernante –con el titular del BCRA, Santiago Bausili incluido– buscó contrarrestar el temblor que sacudió a la city, ante un mercado que claramente ya no compra el relato oficial.

 

El salto de la divisa dejó al dólar a un paso del techo de la banda de flotación, fijado en $1.451,50. Pero el Gobierno decidió responder con show: risas, negación de internas y frases grandilocuentes. Milei ironizó sobre un supuesto enfrentamiento a golpes con Caputo en Casa Rosada y aseguró que todo estaba bajo control. “¿Vos me estás jodiendo?”, lanzó entre carcajadas. Caputo reforzó el acting: “Es una hermandad, tenemos simbiosis”, dijo mientras el dólar se encendía en todos los segmentos.

 

La estrategia del Ejecutivo fue clara: desmentir cualquier síntoma de crisis interna y reducir la magnitud del movimiento cambiario a un “efecto esperado”. Pero la realidad mostró otra cosa: el mercado no sólo se volcó masivamente al dólar, ignorando la supertasa en pesos, sino que los contratos de futuros ya prevén una devaluación mayor a la contemplada por el propio Banco Central. El techo de la banda para diciembre es de $1.526, pero el mercado ya lo ubica por encima de los $1.528.

 

Lejos de reconocer la pérdida de confianza, Milei dobló la apuesta y culpó a factores externos. Acusó a sectores políticos y económicos de intentar desestabilizar al Gobierno justo cuando, según él, la economía comenzaba a dar señales de recuperación. Señaló directamente a la vicepresidenta Victoria Villarruel como responsable de haber habilitado una sesión “ilegal” que, a su juicio, rompió el equilibrio fiscal y abrió la puerta a la corrida. También arremetió contra Joseph Stiglitz, a quien tildó de “basura inmunda” por advertir sobre una crisis inminente.

 

El Presidente defendió su política de emisión cero y justificó la inacción frente al salto del dólar con argumentos técnicos y una fuerte carga ideológica. Dijo que no había alternativa posible sin reformas estructurales profundas y afirmó que la inflación terminará “a mitad del año que viene”.

 

En medio del temblor financiero, Milei también se permitió un mensaje de campaña anticipado: “En 2027 voy a ser reelecto”. Y reveló cómo funciona la estructura de poder dentro de su administración: una mesa chica donde todo pasa por él. “Sólo sube lo que necesita mi dedo”, sentenció, dejando claro que la centralización del mando es total.

 

Mientras tanto, el dólar sube, el mercado se cubre, la confianza se erosiona y el Gobierno ensaya su propio show para disimular la tensión. La política monetaria está bajo presión, el modelo cruje y las explicaciones oficiales ya no alcanzan.

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