

La economía argentina enfrenta un escenario de alta incertidumbre en el segundo semestre de 2025, luego de una marcada volatilidad en las tasas de interés tras la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIs). Expertos alertan sobre un posible retroceso en la actividad productiva en julio, en un contexto que ya muestra signos de estancamiento desde marzo.
El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo confirmó que la economía está prácticamente frenada desde marzo, con un crecimiento interanual que se explica mayormente por el arrastre estadístico. En este marco, la segunda quincena de julio estuvo marcada por una abrupta suba de tasas de interés: las tasas cortas escalaron hasta un 36%, mientras que el Tesoro logró una tasa interna de retorno efectiva anual (TIREA) del 45% en una licitación fuera de calendario. Las cauciones bursátiles alcanzaron picos de hasta 80% TNA para luego retroceder.
Paralelamente, el dólar oficial registró un aumento del 3,1% en las últimas cuatro semanas y media, reflejando el nuevo equilibrio buscado por el Gobierno.
El analista Christian Buteler proyecta que las tasas deberían retroceder desde sus niveles máximos, aunque se mantendrán volátiles, mientras que el dólar se moverá dentro de la banda oficial.
Sin embargo, economistas como Adrián Yarde Buller advierten que la fuerte suba de tasas reales en julio dificultará cualquier recuperación de la actividad económica. Pablo Moldovan, director de C-P Consultora, señala que el crédito, hasta ahora motor del impulso económico, se encuentra deteriorado, y las elevadas tasas agregan un factor recesivo complejo, especialmente en año electoral.
Moldovan agrega que el Gobierno no ha logrado consolidar un régimen claro de política monetaria, lo que genera volatilidad que se traslada a toda la economía. Juan Manuel Telechea, otro economista consultado, relativiza el impacto inmediato, pero coincide en el riesgo: “Si las tasas se estabilizan por encima del 35%, el efecto sobre la actividad será inevitable”.
Un informe de Criteria sostiene que el proceso de “price discovery” fue errático y que el mercado presionó sobre el tipo de cambio ante la falta de señales claras del Banco Central. El Gobierno busca evitar una aceleración inflacionaria y para ello absorbe pesos del sistema, aun a riesgo de frenar la economía.
Los últimos datos confirman esa tendencia. La consultora LCG reportó que la actividad en mayo no creció respecto a abril, y desde diciembre acumula un alza de solo 0,7%. El crecimiento interanual fue del 5%, explicado principalmente por arrastre estadístico. Para el resto del año, LCG proyecta un crecimiento del 5% del PBI, pero casi todo se atribuye al arrastre, lo que indica ausencia de crecimiento genuino en el segundo semestre.
Indicadores de junio mostraron señales mixtas: mejoraron el IVA DGI, préstamos prendarios e importaciones de bienes de consumo, pero cayeron ventas minoristas, el impuesto al cheque y préstamos con tarjeta. En sectores clave como construcción e industria, no se observan señales claras de recuperación sostenida.