viernes 11 de julio de 2025 - Edición Nº2410

Internacional | 10 jul 2025

De locos

Trump desata una represalia comercial contra Brasil con aranceles del 50% por el juicio a Bolsonaro

Con un tono autoritario y revanchista, el presidente estadounidense justificó la medida como un castigo político disfrazado de política comercial, profundizando la tensión diplomática y golpeando a la economía brasileña.


En una nueva escalada de confrontación internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso este miércoles un arancel del 50% a todos los productos importados desde Brasil. Lo que debería ser una medida de política comercial fue abiertamente utilizada como represalia política: el mandatario norteamericano expresó que el castigo responde, entre otras cosas, al juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, actualmente preso por su intento de golpe de Estado en enero de 2023.

 

"Es una vergüenza internacional", declaró Trump en una misiva dirigida al presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. "La forma en la que Brasil ha tratado a un líder altamente respetado como Bolsonaro es inaceptable. Este juicio no debería tener lugar. Es una caza de brujas que debe terminar inmediatamente", escribió, en una intromisión directa en los asuntos internos de otra nación democrática.

 

Pero las justificaciones de Trump no se detuvieron allí. Alegó también que los aranceles responden a supuestos "ataques de Brasil a la libertad electoral y de expresión", haciendo alusión a las órdenes judiciales del Supremo brasileño que restringieron la difusión de noticias falsas y discursos golpistas en redes sociales. Para Trump —que ya ha sido criticado por su propio historial con la libertad de prensa— esas decisiones serían motivos válidos para golpear comercialmente a una nación entera.

 

La decisión representa un golpe sin precedentes a la economía brasileña, que ya venía resentida por las turbulencias internacionales. Apenas en abril, Trump había elevado los aranceles a un 10%, alineándose con su política de castigo comercial contra países que no se alinean políticamente con Washington. Ahora, sin eufemismos, escaló la medida hasta un arancel punitivo del 50%, abriendo un conflicto directo con la principal economía sudamericana.

 

En su mensaje, el líder republicano no disimuló el carácter extorsivo de la medida: dejó abierta la posibilidad de retirar los aranceles si las empresas brasileñas trasladan sus operaciones a suelo estadounidense. Además, advirtió que cualquier intento de represalia por parte del gobierno de Lula será respondido con más aumentos: “Cualquiera que sea el número que usted elija para aumentarlos, se agregará al 50% que cobramos”, amenazó.

 

El tono de Trump expone una vez más su visión imperialista y despectiva hacia América Latina. En lugar de fomentar el respeto a las instituciones, ha optado por defender a un político procesado por conspiración contra la democracia brasileña. Esta decisión, lejos de proteger intereses comerciales, sienta un peligroso precedente de interferencia y castigo económico basado en simpatías personales y motivaciones ideológicas.

 

Como si no fuera suficiente, el mandatario también anunció aranceles similares contra más de una docena de países —incluidos Filipinas, Irak, Argelia, Sri Lanka, Sudáfrica y Bangladesh— en lo que ya se perfila como una nueva ola de aislacionismo y agresión comercial con sello personalista.

 

La comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo Trump transforma el comercio internacional en un arma de venganza política, y cómo su figura, lejos de moderarse, vuelve a exhibir los peores rasgos de su primera presidencia: imprevisibilidad, autoritarismo y desprecio por la diplomacia.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias