

El megaproyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), que busca conectar la cuenca neuquina con el puerto rionegrino de Punta Colorada, se convirtió en un polo de empleo para la región. Actualmente, según estimaciones oficiales, más de 2.000 trabajadores participan directa o indirectamente de la obra, que involucra empresas contratistas, subcontratistas y proveedores de bienes y servicios.
Pero este impulso económico no se tradujo sin fricciones: la semana pasada, obreros de la construcción protagonizaron un paro de 72 horas en Punta Colorada. La medida de fuerza, impulsada por reclamos salariales, tuvo como epicentro al personal de la firma Milicic, encargada de la preparación del terreno para el nodo logístico del petróleo.
El conflicto fue desactivado el lunes, con una tregua condicionada a lo que suceda hoy martes en la audiencia convocada por la delegación de Trabajo de Sierra Grande. Allí se esperan precisiones sobre el acuerdo que, según adelantó el referente gremial Nicolás Miler, firmará la UOCRA con YPF como empresa comitente del proyecto.
“Este entendimiento derivará en una nueva tabla remunerativa, superior a la actual. Las empresas que trabajan en la obra estarán obligadas a aplicarla”, señaló Miler, aunque evitó adelantar cifras concretas.
Mientras se buscan acuerdos en la mesa paritaria, el gobierno provincial reforzó su presencia en el territorio. Durante el fin de semana, una comitiva encabezada por la secretaria de Trabajo, Martha Avilez, visitó el campamento de Chichinales, uno de los enclaves clave de VMOS.
El objetivo fue verificar condiciones laborales y de seguridad, incluyendo el uso correcto de elementos de protección, la calidad de los alojamientos, y los espacios de cocina y recreación para los trabajadores. Según indicó Avilez, la inspección forma parte de una estrategia integral que prioriza la “mejora continua” del trabajo en obra.
“VMOS ya representa aproximadamente mil empleos directos en la traza y otros mil vinculados a través de bienes y servicios. Es un dinamizador regional”, sostuvo la funcionaria.
La tensión salarial se inscribe en un contexto más amplio, donde la industria de la construcción convive con reformas laborales y ajustes nacionales impulsados por el gobierno de Javier Milei. En ese escenario, el rol de YPF como comitente del proyecto es clave para sostener condiciones negociadas entre sindicatos y empresas, ante la proliferación de subcontratistas con convenios dispares.
El acuerdo que está en vías de ser formalizado entre YPF y UOCRA busca uniformar esos criterios. De concretarse, implicará obligaciones salariales mejoradas para firmas como Milicic, que actualmente ejecutan tareas críticas de infraestructura.
El horizonte inmediato depende de la audiencia en Sierra Grande. Desde el gremio esperan una ratificación del acuerdo macro que permita evitar nuevos conflictos y garantizar previsibilidad en la obra. Para el gobierno provincial, en tanto, la prioridad es sostener la paz social en el marco de un proyecto clave para el desarrollo energético y logístico de la Patagonia.
Mientras tanto, en los obradores, la expectativa crece. Como lo describió un operario a medios locales:
“Ya no se discute si VMOS es importante. Se discute si vamos a ser parte de esa importancia en condiciones justas.”