

Tras años de idas y vueltas, el gobierno de Neuquén dio un paso decisivo: adjudicó la obra de pavimentación de la Ruta Provincial 63, el tramo que conecta la Ruta 40 con la localidad cordillerana de Villa Meliquina, completando así uno de los circuitos turísticos más emblemáticos del sur argentino: la Ruta de los Siete Lagos.
El contrato será firmado en los próximos días por el gobernador Rolando Figueroa, luego de que se resolviera un conflicto judicial con vecinos que habían solicitado frenar la obra. El juez José Pusterla rechazó la cautelar presentada al considerar que no se demostró un “daño irreparable” y que la acción era “prematura”.
La obra abarcará 19 kilómetros que atraviesan un paisaje natural imponente, rodeado de bosques nativos y montañas, característico de la región cordillerana de Neuquén. Por tratarse de una ruta escénica y turística, la iniciativa generó tanto entusiasmo como resistencia.
Según anunció la provincia este lunes, la pavimentación demandará una inversión de $29.391 millones, financiados con fondos propios. La empresa adjudicataria es CN Sapag, que ganó la licitación con una oferta ostensiblemente menor al presupuesto oficial de $32.337 millones.
Los trabajos comenzarán una vez finalizada la veda climática vigente en la región, que impide el desarrollo de obras por las condiciones invernales.
Un grupo de vecinos de Meliquina había solicitado frenar la obra argumentando que no se había presentado un estudio actualizado de impacto ambiental y advirtiendo que el asfalto podría provocar un “incremento descontrolado del turismo”, con potenciales consecuencias en materia de salubridad y equilibrio ecológico.
Desde el gobierno, el fiscal de Estado Raúl Gaitán criticó que la mayoría de los firmantes no tiene residencia permanente en la zona, y que buscan preservar “la intangibilidad de su residencia vacacional” en perjuicio de los habitantes estables que necesitan mejor conectividad y acceso.
El tramo de la Ruta 63 forma parte de un circuito estratégico para el desarrollo turístico y productivo de la región, y su pavimentación había sido reclamada durante años por residentes, prestadores turísticos y productores del área.
Con esta adjudicación, Neuquén avanza en la consolidación de una red vial moderna que busca equilibrar el desarrollo con la preservación ambiental, en un contexto donde la tensión entre infraestructura y conservación seguirá siendo parte del debate.