miércoles 30 de abril de 2025 - Edición Nº2338

Nacional | 4 abr 2025

Política

Argentina a contramano del mundo: Milei baja aranceles mientras vuelve el proteccionismo global

Argentina por Javier Milei se encuentra transitando en un camino sin retorno, lo que podría convertirse en una crisis sin precedentes, rompiendo a la industria nacional y motor productivo del país.


En un contexto global donde las principales potencias económicas refuerzan sus políticas proteccionistas, Argentina, bajo las decisiones de Javier Milei, ha optado por un camino opuesto: la apertura total del comercio mediante la reducción de aranceles a las importaciones, una decisión que destruye la industria nacional. Esta estrategia, que según el Gobierno busca "dinamizar la economía" a través de la competencia y el acceso a bienes más baratos, se enfrenta a una tendencia mundial que privilegia el resguardo de las industrias nacionales.

 

El reciente anuncio del expresidente estadounidense Donald Trump, impuso aranceles a productos importados de todos los países del mundo con mayor y menor aranceles, marca un giro decisivo hacia el proteccionismo mundial parecido a lo que ocurrió a finales de la decada de los años 20. China, India y hasta la Unión Europea también han comenzado a blindar sus economías, priorizando la producción nacional en un escenario de tensiones geopolíticas y recuperación postpandemia. En este marco, la decisión de Argentina resulta no solo audaz, sino también arriesgada.

 

El gobierno de Milei con su áfan "liberal", sostiene que eliminar barreras al comercio (permitiendo la liberación de las importaciones) permitirá una baja generalizada de precios y obligará a las empresas locales a mejorar su competitividad. Sin embargo, sectores industriales y pymes alertan sobre el impacto que esta política podría tener en la producción nacional, que quedaría expuesta a una competencia desigual frente a productos extranjeros, muchas veces subsidiados o fabricados en condiciones laborales y ambientales menos exigentes.

 

La historia del comercio en Argentina ofrece lecciones valiosas. Durante la primera mitad del siglo XX, especialmente en la década de 1920 y 1940/50, el país vivió su "época dorada" en términos económicos. Argentina se posicionó como uno de los principales exportadores de productos agropecuarios y logró niveles de ingreso per cápita comparables con los de países europeos gracias a la industrialización, en la que sustituyo importaciones y esta bonanza fue posible gracias a una combinación de políticas de incentivos a la producción nacional y una fuerte demanda externa.

 

La industrialización por sustitución de importaciones (ISI), buscó reducir la dependencia del exterior y fomentar la industria nacional. Aunque trajo consigo crecimiento en algunos sectores, también generó distorsiones por las guerras mundiales y un aparato productivo que fue golpeado por las dictaduras militares que desincentivaron el avance de la industria.

 

Milei, con su ideología liberal-libertaria, busca romper con ese legado proteccionista, pero su política comercial llega en un momento de contracorriente a nivel mundial. Mientras el mundo endurece sus barreras para proteger el empleo y la producción local, Argentina parece entregarse al libre mercado en su versión más pura trayendo un gran problema para la industria local, donde aumenta el desempleo y el empobrecimiento. Este desfasaje plantea interrogantes sobre el impacto de un futuro en la industria y la soberanía económica del país.

 

Expertos internacionales observan con atención esta singularidad argentina. Algunos celebran la valentía del experimento, mientras otros advierten que sin una estructura productiva sólida y sin acuerdos comerciales estratégicos, abrir las puertas de par en par puede derivar en una mayor dependencia externa y pérdida de capacidad productiva.

 

En un mundo en la antesala de un posible estallido comercial, el desafío para Argentina será encontrar un equilibrio entre eficiencia económica y protección social, pero mientras este el Gobierno de Javier Milei donde día a día se encarga de romper cada vez más el sector productivo nacional, en un mundo cada vez más cerrado, avanzar en sentido contrario podría ser un camino sin retorno llevando a la Argentina a una crisis sin precedentes.

 

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