El Gobierno envió al Congreso una nueva propuesta para avanzar con el proyecto de ley de emergencia económica, que incluye una reducción del número de empresas estatales que se podrían privatizar y una mayor transparencia en el proceso.
La iniciativa, que había generado fuertes críticas y resistencias de la oposición y de algunos sectores sindicales, buscaba otorgar al Ejecutivo facultades extraordinarias para reestructurar el sector público y vender hasta el 100 % de las acciones de 41 empresas y sociedades del Estado.
Sin embargo, tras horas de negociaciones y presiones, el Gobierno decidió modificar el texto original y retirar del listado a nueve empresas, entre ellas YPF, el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA).
Además, se estableció que otras empresas, como Arsat, Nucleoeléctrica y el Banco Nación, no se podrán privatizar totalmente, sino que se podrán convertir en sociedades mixtas, con participación mayoritaria o minoritaria del Estado.
De esta manera, el listado final quedó conformado por 29 empresas, que se agruparon en distintos artículos según su naturaleza jurídica y su actividad económica, para facilitar su tratamiento y eventual aprobación en el Congreso.
La nueva propuesta también incorporó un mecanismo de control y rendición de cuentas, por el cual el Gobierno deberá elaborar y publicar un informe integral sobre cada empresa que se pretenda privatizar, con información detallada sobre sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos.
El Gobierno espera que con estas modificaciones pueda lograr el consenso necesario para aprobar el proyecto de ley, que considera clave para enfrentar la crisis económica y financiera que atraviesa el país.
La oposición, por su parte, aún no se ha pronunciado sobre la nueva propuesta, pero se espera que mantenga una postura crítica y exigente, y que plantee más cambios y condiciones para acompañar el proyecto.