La inauguración, el pasado 9 de julio, del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner (GPDK) es una de las principales noticias que se imponen en el marco del arranque de la campaña electoral. Aunque previo a ello, el envalentonamiento por mostrar masivamente el triunfo político con la "foto" de unidad del 9 de julio y la tan ansiada apertura de válvulas para el comienzo del funcionamiento de la mega obra que unirá las operaciones de Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires y el resto del país, crece verticalmente y de forma incesante. Según especialistas de GNLA, durante la próxima década habrá una demanda potencial de gas en la región, de entre 69 y 81 millones de metros cúbicos por día. Los cálculos llevan a entre 40000 y 5000 millones de dólares anuales para la Argentina en materia de exportación de gas.
Lo cierto es que, al márgen de que alianza política se imponga en octube, a partir del próximo 10 diciembre, el gobierno que venga ya está llamado no solamente a darle continuidad a la obra de la segunda etapa del GPDK, sino a poner sobre la mesa una política ofensiva de exportaciones de gas natural hacia, al menos, 3 países de la región: Bolivia, Chile y Brasil.
Según Sergio Massa, en dos semanas se llamará a licitación para la reversión gasoducto norte; y en septiembre se haría lo propio con la segunda etapa del GPNK, que llegará hasta la provincia de Santa Fe. Lo que no está confirmado oficialmente es que se cuente con la totalidad de la financiación necesaria para ambas obras. De todas maneras, el objetivo del gobierno es que desde Vaca Muerta se pueda satisfacer la gran demanda interna (millones de personas no poseen ghas natural en los barrios populares del Gran Buenos Aires y varias provincias del norte no cuentan con ese primordial servicio) y apuntar a la exportación de gas a Bolivia, el sur de Brasil y el norte de Chile, convirtiendo a la Argentina en una protencia regional a partir de sus recursos energéticos, y dejar de importar el gas de Bolivia, como ocurre desde hace casi 20 años.
En ese contexto, la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, recibió al presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen Tapia, para comenzar las conversaciones de la exportación de gas por parte de Argentina hacia Bolivia, y también intercambiaron sobre la posibilidad del transporte de gas hacia Brasil a partir del uso de infraestructura de transporte que ya hay en Bolivia.
Según los expertos de la consultora GELA, la necesidad de gas en el sur de Brasil y el norte de Chile corresponden a la búsqueda de energías para la consolidación de la industria y la producción de dichos países. “El norte de Chile, con demanda industrial y minera, que con el cambio en la matriz energética van a ir reemplazando el carbón; y el sur de Brasil, que tiene demanda insatisfecha desde los dos gasoductos que salen desde Bolivia, y necesita energía para las fábricas y algunas termoeléctricas, son los dos mercados que están preparados para recibir gas de manera inmediata, detalló Álvaro Ríos, fundador de GELA, para el portal Ámbito.