En la Cumbre desarrollada en la ciudad de Iguazu, provincia de Misiones, estuvieron presentes los cancilleres de los países que integran el Mercosur, que son Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. En dicho encuentro se trato los items del tratado de comercio con la Unión Europea, donde se viene postergando desde el 2019 y que es controvercial por lo que le imponen los europeos a los latinoamericanos.
El apuro de que de este acuerdo se concrete es inminente, ya que favorecerá a estos 4 países a vender productos a 27 estados que integran la Unión Europea, donde abarca unos 500 millones de habitantes contra unos 300 millones que habitan este bloque del Mercosur. El problema en las partes, es que Brasil, Argentina y Paraguay no solo quieren que le venda a los europeos materia prima, sino también terminaciones de valor agregado.
Unas de la cclausulas que la Unión Europea impone es que la industria donde se producen ciertos productos no contemine, pero en eso existe una dicotomia, ya que la UE si compraría y compra materia prima que contamina el ambiente en Latinoamerica, como es la carne vacuna, el litio, petroleo, el cafe,la soja, entre otros. La doble moral de los europoes es lo que molesta a los mandatarios de Brasil y Argentina, mientras que el Presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, amenazó con irse del bloque porque si esta dispuesto a aceptar las condiciones de Europa.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este martes que el bloque Mercosur, quiere que el acuerdo comercial con la Unión Europea sea una situación en la que "todos ganen". Lula ha criticado algunas de las peticiones de la UE para el acuerdo, como una adenda que incluya compromisos de sostenibilidad y cambio climático e introduzca sanciones para las naciones que no cumplan los objetivos climáticos.
Para la UE, no solo significa acceso a nuevas fuentes de energía y alimentos, sino también la expansión de sus criterios de desarrollo sostenible, que son ampliamente resistidos en algunas áreas del mundo.
Sin embargo si ponemos la lupa en los países europeos, Alemania importa carbón de Colombia, una energía fósil que acelera el calentamiento del planeta, y Francia busca en Chile extraer litio, una industria que destruye ecosistemas, entre otros.
La verdad de la milanesa, en esta cuestión para que el Mercosur hoy por hoy solo tiene tratados comerciales con el 9% del PIB mundial, pero gracias a este acuerdo, esa cifra aumentaría al 30%. También significa la concreción casi automática de otros acuerdos con bloques como la AELC (Asociación Europea de Libre Comercio; EFTA, en su sigla en inglés) o con países como Singapur, Canadá, Corea del Sur y Japón, entre otros, lo cual beneficiaría muy bien a estos 4 países de la región, siempre y cuando se generen valor agregado y que las importaciones no seran mayores al saldo exportable del Mercosur.
Además de los debates sobre su impacto ambiental, la alianza Mercosur-UE también ha generado debates en términos de protección de derechos laborales. Por esta razón, la UE está exigiendo salvaguardias y garantías específicas en estos ámbitos
El acuerdo ya incluye un capítulo dedicado al desarrollo sostenible, donde se establecen compromisos para promover la conservación ambiental, la gestión sostenible de los recursos naturales y el respeto de los derechos laborales. Además, se prevé la creación de un Comité de Desarrollo Sostenible que supervisará la implementación de estas disposiciones.
También, la UE, posfirma del acuerdo “de principio”, ha avanzado en la aprobación del famoso Pacto Verde, que involucra –entre otras– cuestiones vinculadas a desforestación y emisión de gases de efecto invernadero, lo cual en cierta medida ha alterado el equilibrio de la negociación cerrada con el Mercosur en 2019.
A pesar de todo, se ha observado un desacuerdo entre lo negociado por la Comisión Europea y las pretensiones de los Estados miembros de la UE, lo que generó obstáculos en el proceso. Por parte de la UE, por ejemplo, se ha acusado a Brasil de ser el principal responsable de la deforestación, aunque informes señalan que no ha habido diferencias significativas en las tasas de deforestación entre la (primera) presidencia de Lula Da Silva y la de Jair Bolsonaro. Estos obstáculos parecen más relacionados con disputas personales que con preocupaciones medioambientales fundamentadas.
El texto del acuerdo se hizo público casi en su totalidad de manera inmediata y fue dado a conocer por las cancillerías de los Estados parte del Mercosur y la UE. Para el Mercosur, tiene un valor fundamental debido a sus implicaciones tanto internas como externas; es casi “fundacional”. Y los beneficios están directamente relacionados con los desafíos que impone a los gobiernos y sindicatos, y al sector productivo
Lo paradójico de este caso es que, por una parte, la Unión Europea ejerce este tipo de medidas neoproteccionistas, pero por la otra, la realidad dice todo lo contrario. Si miramos los datos del año 2022 en términos de los intercambios comerciales, las principales partidas que se exportaron desde el Mercosur hasta la Unión Europea fueron en primer lugar petróleo e hidrocarburos. Luego, en segundo lugar, el café, en tercer lugar, la soja. Y luegoo están rubros como maíz, el hierro y la carne. Hay un poco de contradicho a propósito de un acuerdo comercial como el que se sigue discutiendo.