La investigación por presuntos sobornos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) continúa generando un efecto dominó dentro del Gobierno. Este sábado se confirmó una nueva renuncia: Javier Ignacio Cardini, yerno de Miguel Ángel Calvete —señalado como operador clave en la presunta red de coimas— dejó su cargo como subsecretario de Gestión Productiva.
Cardini había sido quien facilitó la llegada al Estado de su pareja, Ornella Calvete, hija del empresario detenido. Ella también dejó su cargo esta semana, el mismo día en que su padre inició la ronda de indagatorias frente al juez Sebastián Casanello y al fiscal Franco Picardi, aunque se negó a declarar.
Pese a que el ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, aparece como uno de los principales responsables, la fiscalía sostiene que Calvete actuaba como vínculo directo entre un grupo reducido de droguerías —Profarma, Génesis, New Farma y Floresta— y funcionarios del organismo. Según la investigación, no solo direccionaba decisiones clave, sino que también financiaba a funcionarios con dinero en efectivo. Su rol, afirman, era indispensable para el funcionamiento del circuito de sobornos.
Calvete permanece detenido por una condena del Tribunal Oral Criminal N.º 8, que en 2019 le impuso cuatro años de prisión por explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena. La Justicia determinó que entre 2015 y 2016 integró una organización dedicada a facilitar la prostitución de mujeres en departamentos de la Ciudad de Buenos Aires, donde eran alojadas bajo contratos abusivos y se les exigían pagos por encima del valor de mercado.
La salida de Cardini se suma a un recorrido laboral extenso en el sector privado: pasó por GreenTech Science como vicepresidente de operaciones, trabajó en Grupo-Tek S.A., QEV Argentina, Calandra, Cervecería y Maltería Quilmes y dirigió una consultora para PyMEs vinculada a procesos industriales y de movilidad.
La influencia de Calvete en el aparato estatal no terminaba allí. Además de su hija y su yerno, también su hermana, Susana Carmen, ocupaba un cargo en el Ministerio de Economía. Su nombre apareció en los cuadernos que la Justicia analiza como parte de la causa, donde se la menciona como parte del engranaje que conectaba a la ANDIS con las droguerías. En la causa por explotación sexual, además, fue señalada como quien cobraba los alquileres en los departamentos donde las mujeres eran explotadas. Renunció poco después de que se conociera públicamente su rol en la estructura estatal.
La investigación avanza, los involucrados se acumulan y las renuncias dejan expuesto un entramado que parece mucho más profundo que una simple red de favores. La crisis en la ANDIS ya no puede ocultarse.