INTERNACIONAL | 11 OCT 2025

GEOPOLíTICA

Tensión diplomática: China respondió a Scott Bessent y acusó a Estados Unidos de “confrontación e intervencionismo” por el acuerdo con la Argentina

El episodio deja en evidencia que, lejos de estabilizarse, la guerra comercial y política entre Washington y Pekín está alcanzando nuevos frentes de conflicto, y que la Argentina se ha convertido, una vez más, en terreno de disputa para las grandes potencias del siglo XXI.




La relación entre Estados Unidos y China volvió a tensarse, esta vez con la Argentina en el centro del tablero geopolítico. La Embajada de China en Buenos Aires emitió un duro comunicado en respuesta a las declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien afirmó que el reciente salvataje económico a la Argentina busca evitar que el país “se convierta en otro Estado fallido o liderado por China”.

 

Las palabras del funcionario norteamericano fueron interpretadas en Pekín como una provocación. “Las declaraciones de Bessent reflejan una mentalidad propia de la Guerra Fría, movida por el ánimo de confrontación e intervencionismo en los asuntos de naciones soberanas”, señaló el texto difundido por la representación diplomática china.

 

“América Latina no es el patio trasero de nadie”

 

En su comunicado, la Embajada advirtió que América Latina y el Caribe “no son el patio trasero de nadie” y defendió la presencia de China en la región, destacando que sus relaciones con los países latinoamericanos “se basan en el respeto mutuo, la igualdad y el beneficio compartido”.

 

El mensaje, con un tono inusualmente severo, acusó a Washington de mantener una política de hegemonía y control sobre los países latinoamericanos. “Estados Unidos se ha dedicado durante años a imponer su voluntad, interferir en los intereses de los pueblos y ejercer actos de bullying político y económico”, subraya el documento.

 

Repercusiones en Buenos Aires

 

Las declaraciones de Bessent generaron incomodidad en el Gobierno argentino, que busca mantener una política de equilibrio entre las potencias. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aclaró que el acuerdo financiero con Washington “no excluye a China de la relación bilateral con Argentina” y que se trata de una asistencia “de carácter económico, no geopolítico”.

 

“No creo que una parte del acuerdo sea excluir a China de la Argentina. Puede ser que a Estados Unidos le interese una relación más cercana, pero en los temas comerciales eso no tiene impacto directo”, explicó Francos en declaraciones radiales.

 

Escalada global

 

La tensión diplomática se produce en un contexto de creciente enfrentamiento económico entre Estados Unidos y China. En paralelo, el presidente Donald Trump anunció un nuevo arancel del 100% sobre las importaciones chinas, además de controles a la exportación de software estadounidense hacia Pekín. Las medidas comenzarán a regir el 1 de noviembre, lo que provocó una fuerte caída en Wall Street y acentuó el nerviosismo global.

 

El conflicto comercial, sumado ahora al cruce diplomático por América Latina, agrava la disputa entre las dos superpotencias en un momento clave para la economía mundial. Pekín acusa a Washington de intentar restringir su influencia global, mientras que la administración Trump insiste en frenar lo que considera una “penetración estratégica” china en la región.

 

Un nuevo foco de tensión

 

El comunicado de la Embajada China concluye con una advertencia directa:

“Estados Unidos debe saber que no puede perturbar la cooperación entre China y la región. Sería mejor que deje de sembrar discordia y cree aportes reales al desarrollo de América Latina”.

 

El episodio deja en evidencia que, lejos de estabilizarse, la guerra comercial y política entre Washington y Pekín está alcanzando nuevos frentes de conflicto, y que la Argentina se ha convertido, una vez más, en terreno de disputa para las grandes potencias del siglo XXI.