Con este movimiento, la empresa de mayoría estatal busca consolidar su viraje definitivo hacia el desarrollo masivo de Vaca Muerta, el corazón no convencional del país. Según informó oficialmente la compañía, la primera etapa del Proyecto Andes concluyó con la cesión de 28 activos ubicados en Chubut, Mendoza, Neuquén y Río Negro. Ahora, se abre una segunda etapa que contempla 16 nuevas áreas, bajo la conducción del banco Santander.
Los bloques incluidos en esta nueva ronda se agrupan por clústeres regionales: NOA (Salta), Chachahuen y Malargüe (ambos en Mendoza), Agua Salada (Río Negro), Manantiales Behr (Chubut), y un clúster adicional no operado en Mendoza y La Pampa. La inclusión de Agua Salada vuelve a colocar a Río Negro en el mapa de las áreas convencionales que dejarán de estar bajo control de YPF, en línea con la política de desinversión en campos maduros de baja producción.
En paralelo, la petrolera también informó que avanza con la reversión de otras 11 áreas a manos de las provincias. Entre ellas, ya se firmaron acuerdos con Santa Cruz y FoMiCruz por 10 concesiones, y con Chubut por el área Restinga Alí. Además, hay gestiones avanzadas para replicar este esquema en Tierra del Fuego.
Desde la compañía señalaron que esta reestructuración del portafolio de activos convencionales es uno de los ejes del Plan 4×4, la hoja de ruta lanzada por la nueva conducción de YPF con el objetivo de reenfocar la operación, mejorar los resultados financieros y apuntalar las exportaciones energéticas. El objetivo declarado: alcanzar los 30.000 millones de dólares en exportaciones de hidrocarburos hacia 2030.
El Proyecto Andes fue formalizado en abril de 2024, luego de que el directorio de YPF aprobara un ambicioso plan de retiro de 55 áreas convencionales en todo el país. De ese total, 30 fueron incluidas en un proceso competitivo de venta coordinado por Santander, priorizando la entrada de nuevos operadores que puedan invertir en esos bloques hoy relegados.
La estrategia marca un giro definitivo en la lógica de negocios de la empresa: menor presencia en campos convencionales y mayor concentración en el shale oil y shale gas de Vaca Muerta, con foco en eficiencia, exportación y rentabilidad. Río Negro, otra vez, queda atravesada por esa redefinición.