REGIONAL | 7 JUL 2025

Inflación sin espejo: Río Negro reclama estadísticas que reflejen sus realidades económicas regionales

Mientras los indicadores oficiales se basan solo en Viedma, la provincia muestra fisuras en su comprensión económica. El Alto Valle, la cordillera y Bariloche exhiben estructuras de consumo y precios que el IPC provincial ignora. Crece la presión por índices propios.




Con cada publicación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), la estadística oficial en Río Negro exhibe una limitación estructural: los datos se restringen únicamente a la ciudad de Viedma, dejando por fuera a polos clave de la provincia como el Alto Valle y Bariloche, cuya dinámica económica difiere sustancialmente del Valle Inferior.

 

Esto significa que las cifras difundidas —y muchas veces utilizadas como referencia pública y política— no reflejan el costo real de vida de la mayoría de los rionegrinos.

 

“Tenemos una provincia regionalizada, con estructuras de precios y de consumo muy distintas. La realidad de Bariloche o Cipolletti no puede ser explicada con los datos de Viedma”, señala Tomás Guevara, investigador del Conicet y del Cietes, centro de estudios que hasta 2024 midió la canasta familiar en la cordillera.


Una provincia, múltiples realidades

El dato que publica la Dirección de Estadísticas y Censos de Río Negro, con un acumulado del 9,01% de inflación hasta mayo de 2025, está claramente por debajo del 13,3% nacional y el 13,9% registrado en la región patagónica, pero sólo toma como referencia un centenar de productos relevados en comercios de Viedma.

 

Sin embargo, regiones como Bariloche —con un fuerte componente turístico y altos precios impulsados por el dólar—, o el Alto Valle, vinculado a la actividad frutícola y a la expansión de Vaca Muerta, presentan niveles de inflación significativamente más altos, según estudios paralelos.

 

En Bariloche, la canasta alimentaria es un 35% más cara que la medida a nivel nacional por el Indec, según las investigaciones realizadas por el Cietes hasta 2024.


Experimentos locales y señales de autonomía

Ante la ausencia de una medición oficial integral, algunos sectores comienzan a tomar la iniciativa. En Cipolletti, la Cámara de Industria y Comercio desarrolló su propio índice inflacionario: 2,5% en mayo, bastante por encima del 1,5% nacional.

 

José Luis Bunter, presidente de la entidad, advirtió que la ciudad presenta altos costos logísticos, zona fría, impuestos e intermediarios, y que el poder adquisitivo está partido entre trabajadores comunes y aquellos ligados a la industria hidrocarburífera.

 

“A partir de agosto sumaremos un departamento de estadísticas para publicar datos que reflejen nuestra realidad, porque los datos nacionales no nos sirven”, explicó.

 

En paralelo, El Bolsón cuenta con un índice propio generado desde la Fundación Colsecor, que calcula la línea de indigencia en $189.160 para un adulto, frente a los $161.903 del promedio nacional. En una familia tipo, la diferencia llega al 11%.

 


El dilema del dato para gobernar

La falta de datos desagregados impacta no solo en la planificación de políticas públicas, sino también en negociaciones salariales y decisiones judiciales.

 

Algunos gremios, especialmente en la zona andina, exigen reconocimiento de los sobrecostos locales y reclaman ítems diferenciados por ubicación. Incluso el municipio de Bariloche comenzó a utilizar el IPC patagónico en sus acuerdos paritarios, desmarcándose del índice viedmense.

 

“Cuando no se mide, no se ve, y cuando no se ve, no se reconoce. Por eso insistimos en volver a medir en Bariloche, y queremos retomar desde la universidad”, afirmó Guevara.

 


¿Qué dice el Estado?

Luciano Trucchi, director de Estadísticas y Censos de Río Negro, reconoció las limitaciones y confirmó que ya se está trabajando en una medición piloto en Bariloche, con la intención de publicarla “cuando los datos sean consistentes”.

 

El siguiente paso sería incluir a Roca en el muestreo, lo que permitiría tener una fotografía más representativa del mapa económico rionegrino.

 

Pero por ahora, la inflación oficial sigue siendo un reflejo parcial de una realidad fragmentada. En una provincia con alta dispersión geográfica, costosa logística interna, turismo internacional y expansión petrolera, medir bien es más que una herramienta técnica: es un acto político de reconocimiento territorial.